19- Weber: Racionalidad Instrumental y Burocracia
Weber - Racionalidad instrumental y burocracia
El pensamiento de Weber sobre la modernidad es pesimista y trágico; en su visión del capitalismo, la racionalidad extrema termina en un vértice de irracionalidad. El avance de la racionalización en todas las esferas de la sociedad hace que la vida social esté regida por el cálculo exacto.
Weber afirma que la burocracia es la organización social arquetípica del capitalismo y constituye un avance respecto a las anteriores. La burocracia organiza el trabajo, cada uno tiene una función y el todo funciona como una “máquina perfecta”, donde cada pieza se combina con las demás.
Considera que la burocracia es como “una jaula de hierro” asfixiante en la que estamos atrapados. Usa esta metáfora para la organización del mundo social, que transformó la vida en común de los seres humanos el reino de la racionalidad del cálculo. Los individuos tienden a ser consumidos por los mecanismos técnico-sociales; el maquinismo, la burocracia, el dinero.
Racionalidad-irracionalidad es la situación en la que vive el sujeto moderno de “la jaula de hierro”.
¿Cómo es posible salvar algún resto de libertad de movimiento individual, frente a la tendencia creciente hacia la burocratización?
La consumación más terrible de esta racionalidad tecnológico-científica o “instrumental”, según Max Weber se ve reflejada en los aspectos más siniestros de la civilización moderna: destrucciones masivas y guerras.
Esta racionalidad “libre de valores” se vuelve trágica, porque cuantos mayores triunfos obtiene en sus propios términos (es decir, desarrollo frenético de la productividad, avances tecnológicos, conquista de la naturaleza, progresos en armamentos sofisticados, etc.) mayor también es su fuerza destructiva. De allí que hablemos de “racional-irracionalidad”: un mundo de guerras y de miseria escondido detrás de una lógica de “racionalidad” y “ciencia” que no se hace cuestionamientos éticos.
Resulta inevitable preguntarse cómo Max Weber, quien muere en 1920, pudo prever con tanta lucidez la consumación de la racionalidad capitalista antes de que fueran cometidas las más grandes atrocidades del siglo XX: la construcción de la bomba atómica, o los genocidios en los que la aniquilación de hombres fue científica y burocráticamente ejecutada, tal como sucedió bajo el nazismo.
La burocracia según Max Weber
´Una máquina inerte es espíritu coagulado. Y sólo el serlo le da el poder de forzar a los individuos a servirla y de determinar el curso cotidiano de sus vidas de trabajo de modo tan dominante como es efectivamente el caso en la fábrica. Es espíritu coagulado asimismo aquella máquina viva que representa la organización burocrática con su especialización del trabajo profesional aprendido, su delimitación de las competencias, sus reglamentos y sus relaciones de obediencia jerárquicamente graduados. En unión con la máquina muerta, la viva trabaja en forjar el molde de aquella servidumbre del futuro a la que tal vez los hombres se vean algún día obligados a someterse impotentes, (...), si una administración buena desde el punto de vista puramente técnico - y esto significa una administración y un aprovisionamiento racional por medio de funcionarios - llega a representar para ellos el valor supremo y único que haya de decidir acerca de la forma de dirección de sus asuntos.
(Economía y Sociedad, su obra póstuma)
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